Un día, durante una de sus muchas prácticas de meditación, ninguna de las cuales le convencía -nunca resultaban la respuesta que estaba buscando-, a Buda le llegó un recuerdo de infancia. En él, vió a su padre arando el campo, y logró por fin un estado concentrado y atento que era dichoso y refrescante, al que llamó dhyana. Entonces, se convenció: aquel era el único camino para llegar a la iluminación que tanto anhelaba.
A partir de entonces, Buda Gautama pasó más y más tiempo meditando, hasta que un día se le ocurrió rellenar una tela con hierbas secas para añadir algo de comodidad a la práctica. Sin saberlo, además de una doctrina filosófica y espiritual, el asceta estaba dando a luz algo mucho más mundano: los cojines.
Desde entonces hasta ahora: algo de historia sobre los cojines
Se dice que aquel zafu -literalmente, ‘asiento de hierba espadaña’, en japonés-, fue el primer cojín de la historia. Hace ya 2.500 años de aquello, pero, sin embargo, el invento no llegó a cuajar como uno esperaría. Así, no fue hasta las civilizaciones griega y romana cuando se comenzaron a elaborar cojines y almohadas bordadas y con rellenos blandos, como paja o plumas. Tan comunes se volvieron entre las clases pudientes que no es raro, si piensas en un ciudadano de estos imperios, imaginarlo recostado sobre ellos, rodeado de frutas y vino.
En Europa, fue en la Edad Media cuando los cojines se comenzaron más ampliamente a utilizar como complemento para amortiguar la dureza de los muebles, especialmente, en los palacios y castillos. También los médicos de la época les sacaron partido, utilizándolos para mantener erguidos a los enfermos respiratorios, que, apoyados en ellos, inspiraban y exhalaban con más facilidad.
En este cuadro que retrata a una familia, atribuido a Quiringh van Breckelenkam y pintado entre 1658-70, se pueden apreciar un par de cojines del siglo XVII.
Pronto, los eclesiásticos hicieron suyo también el elemento decorativo, incluyéndolo en las ceremonias para sentarse o arrodillarse sobre él. Hoy en día, de hecho, se pueden ver en algunos enlaces matrimoniales de clase alta, aunque si para algo ha sobrevivido el uso de cojines en estas celebraciones es para presentar los anillos a la pareja.
Con el abaratamiento de precios que trajo consigo la Revolución Industrial, los cojines comenzaron a hacerse populares en todo tipo de hogares. Hoy en día, es común verlos en todas sus variantes: como complemento para añadir confort a una silla o sillón, como asiento -en el caso de los pufs- y como objeto meramente decorativo.
Por cierto: los zafu se siguen utilizando para la práctica de meditación, y siguen siendo bastante austeros: es común rellenarlos de cáscara de espelta.
2021, un año perfecto para añadir cojines y hygge a nuestro hogar
Además de ser una manera tan sencilla como refrescante de dar nueva vida a la decoración de cualquier estancia, y cambiar en cinco minutos el look de piezas como la cama o el sofá, los cojines nos aportan un extra de comodidad que, sin duda, será clave en 2021.
Durante el año que viene, parece que vamos a seguir pasando mucho tiempo dentro de casa, por lo que conviene convertirla en un lugar amable, cálido y acogedor y empaparla de espíritu hygge, un concepto que muchos están convencidos que es el ‘secreto de la felicidad’ de los daneses. Y no es poca cosa: Dinamarca copa constantemente los rankings de países más felices del mundo. Este mismo 2020 ha quedado en segundo puesto, solo por detrás de Finlandia, y ha abierto en su capital, Copenhague, el Museo de la Felicidad.
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Detrás de la idea está Meik Wiking, autor de best sellers internacionales como Lykke. En busca de la gente más feliz del mundo, El arte de crear recuerdos y, por supuesto, Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas, obras publicadas en más de 50 países. Este último libro fue el que puso en el candelero el ahora famoso concepto.
El término surgió de una palabra noruega que significa «bienestar«, y apareció por primera vez escrita en danés en el siglo XIX. Desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en parte inseparable del espíritu nacional.
Si le preguntamos a un danés qué es hygge, responderá que «es sentarse frente a la chimenea en una noche fría, vestido con un grueso suéter de lana mientras bebes un vino caliente con azúcar y especias y acaricias a tu perro echado a tu lado”, explican desde la BBC.
Por su parte, entrevistados daneses por El País proponían: “Sería una mezcla entre acogedor, bienestar, estar en una situación en la que te sientes cómodo, relajado y libre”. Tiene que ver también con darse la oportunidad de relajarse, de disfrutar sin estrés en soledad o en compañía, de hacer pequeñas cosas que nos hagan felices en un entorno que motive este estado de ánimo.
¿Cómo implantar el estilo decorativo hygge en casa?
Para convertir nuestro hogar en un lugar que invite a cultivar el hygge, necesitamos:
- Varios puntos de luz: Mejor si son regulables, para crear una atmósfera íntima que invite al recogimiento.
- Velas: ¿sabías que cada danés consume unos seis kilos de cera de vela al año? Lo asegura el propio Wiking en su libro, y la cantidad nos da una idea de cuántas veces se dejan llevar por la calma, la luz tenue y el maravilloso olor de las velas los habitantes del país nórdico.
- Chimenea: Esto ya es para nota, vale. Si no tienes, puedes hacerte con una de bioetanol, que no requiere instalación y permite disfrutar de la relajación que nos aporta el fuego.
- Materiales naturales: Siempre que sea posible, apuesta por materiales naturales como la madera, el rattan o el bambú sin tratar, tan típicos del estilo escandinavo. Aportan calidez y llevan la paz de la naturaleza al interior de la casa.
- Colores neutros: Nos ayudarán a crear el oasis de calma visual necesaria para concentrarnos solamente en nuestro bienestar.
- Plantas: Un must en cualquier espacio nórdico que aumenta nuestra felicidad y nuestra salud.
- Mantas: Mejor si son de tejidos suaves y gustosos. Añadirán textura y calidez a la habitación, ¡y son ideales para acurrucarse!
- Cojines: Un clásico de este tipo de decoración que grita ‘confort’ a los cuatro vientos. Utilízalos en sillas, sillones, camas, sofás… ¡hasta en el suelo!
Sillas y sillones con cojines, la elección más hygge para 2021
Para asegurarte de que consigues el espacio acogedor y amable con el que sueñas, no puedes olvidarte de crear tu Hyggekrog, es decir, tu rincón para sentarte y disfrutar de un Hyggestund, un “momento hygge”. ¿Algunas piezas perfectas para ello? La silla colgante de estilo nórdico Corsica, fabricada en rattan sintético y equipada con cojines de tonos neutros, en este caso, gris claro. No sólamente es cómoda: además, es distinta y muy especial. Conviértelo en tu altar de tranquilidad siguiendo siempre esta regla: cada vez que te sientes en ella, ¡fuera preocupaciones!
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
Sillones con cojines con un espíritu Nórdico
El sillón con brazos Cube Natural también tiene ecos del espíritu nórdico, en este caso, del más auténtico: sus redondeadas formas, fabricadas en rattan natural y rejilla de enea, nos recuerda a esas piezas vintage que no pueden faltar en una decoración verdaderamente escandinava. El cojín, por supuesto, viene incluido.
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
El estilo exótico en los sillones con cojines
¿Buscas algo más ‘exótico’? En ese caso, la silla Rayman, con su estructura de rattan natural y médula en forma circular, es para ti. Su cojín blanco y su amplio respaldo es sinónimo de comodidad, perfecto para ambientes de lo más hygge.
Silla de ratán natural Rayman, de estilo Mediterráneo
Estructura de ratán natural y médula.
Cojin incluido.
No valida para uso exterior.
Medidas: 76x57x86 cm | Altura del asiento: 49 cm | Grosor del cojín: 3 cm
180,29€ I.V.A incl.
149.00€ ( sin I.V.A. )
Sillones con cojines para tus momentos entre amigos
Otra idea: extender la magia del hygge también a la hora de comer. De hecho, ¡no hay nada más hygge que una cena entre amigos o una merienda familiar con bizcocho casero! Para ello, alíate con la silla Brandi Confort, con estructura tubular de acero y asiento y respaldo de rattan sintético. El cojín le da ese plus de comodidad que buscamos.
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
Un nuevo año de confort y bienestar
Hace 2.500 años que Buda inventó el primer cojín. Hoy es un elemento perfecto para aportar confort y textura en el hogar. Con un 2021 que se antoja muy casero, nada como apostar por sillas y sillones con cojines que aumenten la sensación de felicidad hygge en casa.
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