Por allí pasaron Lou Reed, Bob Dylan, Mick Jagger, Truman Capote, Dalí, Allen Ginsberg… Pero el alma de todo era, claro, Andy Warhol. Hablamos de The Factory (“La Fábrica”), el carismático estudio que el artista fundó en 1963, famoso por sus escandalosas fiestas y por el espíritu transgresor de sus personajes habituales. Sin embargo, el mundo de la arquitectura y el interiorismo la apreció por algo distinto: la audacia de su decoración.
Las paredes de la quinta planta del número 231 de la calle 47 Este, en Nueva York (Estados Unidos) estaban recubiertas de papel de estaño, espejos rotos, y pintura plateada, una decoración que Warhol a menudo completaba con globos del mismo color. El color plata, por el que llegó a ser conocido el estudio con el apelativo de Silver Factory, representaba tanto la decadencia de aquel mundo como el proto-glam de los años 60.
Pero si algo llamaba la atención de aquel centro de operaciones era que se situaba en un edificio reimaginado: de antigua construcción industrial, con sus elementos estructurales a la vista y sin refinar, con sus grandes espacios continuos tipo loft, pasó a estudio y vivienda, algo inusual en aquella época. Pronto, sin embargo, otros artistas neoyorquinos, que necesitaban precisamente estancias amplias pero no podían permitirse los altos precios inmobiliarios de los pisos del momento, tomaron nota y volvieron la vista hacia estas gigantes estructuras en las afueras, para entonces, abandonadas. Aquel fue el principio del estilo industrial.
Grandes ventanales y look inacabado: el carisma del estilo industrial
Los primeros edificios industriales, construidos a finales de 1700, no contaban con electricidad, de modo que se construyeron con grandes ventanales para poder inundarse de luz natural. Una luz, por cierto, perfecta para dedicarse a oficios artísticos como moldear barro: ¡cómo olvidar las ventanas que iluminaban el loft de Demi Moore en Ghost!
Como ya hemos apuntado, se trataba de estructuras sin apenas divisiones para poder alojar al mayor número de trabajadores y máquinas posible. Eran construcciones sencillas, que evitaban elementos ornamentales de cualquier tipo para minimizar el riesgo de incendio. De ahí su apariencia «inacabada», caracterizada por ladrillos vistos y tuberías y conductos expuestos.
Alrededor de 1900, con los avances tecnológicos y constructivos, nuevos elementos se incorporaron a estas edificaciones para poder hacerlas aún más grandes y resistentes, como el hormigón armado y el acero. Asimismo, al necesitar todavía más espacio, las fábricas se fueron instalando en las afueras de las ciudades, barrios alejados que, poco a poco, la urbe iría integrando dentro de ella, como el famoso SoHo neoyorquino (donde, por cierto, se sitúa el piso en el que se grabó Ghost).
Cuando los artistas y bohemios, conocidos por su buen gusto y su poco dinero, consiguieron sacar partido de la nula división del espacio y de los espacios en bruto con el nuevo estilo industrial, comenzaron a llamar la atención de las revistas de moda, que empezaron a encontrar glamour en el recién descubierto estilo.
¿Cómo renovar un espacio de estilo industrial para que brille frente al resto?
Ahora es difícil encontrar una fábrica deshabitada en la que fundar un hogar. Sin embargo, detalles como el ladrillo visto en interiores se han vuelto prácticamente omnipresentes, así como tampoco es raro encontrar lámparas ‘de fábrica’ en todo tipo de interiores, o muebles con patas de acero. Así las cosas, ¿cómo renovar y actualizar un espacio de estilo industrial para que brille frente al resto? Aquí van cinco consejos para conseguirlo:
1.Añade suelos de resina y consigue el estilo industrial que te gusta
Mira a tu alrededor: si has ido sumando a tu casa todo tipo de elementos industriales pero el suelo desentona, está claro que falta algo. A este estilo le van bien los parquets de madera envejecida y los suelos de cemento pulido o microcemento. ¿No son los que tienes en casa? En ese caso, puedes aplicar resina epoxi sobre las baldosas ya existentes -no hace falta ningún tipo de obra- para crear un pavimento continuo de esos que estamos acostumbrados a ver en las fábricas, en los aparcamientos… o en los interiores de estilo industrial más de moda.
Además, este tipo de suelo es impermeable, ignífugo, duradero, resistente y antideslizante, así como apto para ser aplicado tanto en interiores como en exteriores. Asimismo, permite la implementación de casi cualquier tono. Y aquí podemos ser algo imaginativos en el siglo XXI: como afirma en la revista AD el arquitecto Enrique Ventosa, de Plutarco, “Lo industrial no es únicamente una escala de grises con madera y ladrillos: el color siempre ha estado presente”.
Por último, un dato que sea, quizá, el más relevante para muchos: aplicar la resina epoxi en suelo resulta más económico que hacer lo propio con el microcemento. Hablamos, de manera orientativa, de un coste de unos 20 ó 25 euros por metro cuadrado en el caso de la resina, frente a los 40 ó 45 euros por metro cuadrado del microcemento.
2. Suma una lámpara con forma de seta
No siempre está claro por qué algo se lleva en determinado momento de la historia. Lo que sí es evidente es que este 2021 arrasan las lámparas con forma de seta. Hay algo en sus formas suaves y cálidas, en su luz indirecta, en su aspecto orgánico, que nos hace sentirnos inmediatamente atraídos hacia ellas.
Para darle un toque fresco a tu casa de estilo industrial, añade una pieza como la lámpara Kawai negra, que constituye una lectura nueva y sobria de este tipo de iluminación. Está fabricada en metal con acabado en pintura en polvo negra mate, y podemos asegurarte algo: no pasará desapercibida.
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
3. Di sí al brutalismo
El estilo industrial se caracteriza por materiales rudos y al desnudo, exactamente igual que otro estilo que nació hace tiempo pero que está pegando muy fuerte últimamente, el brutalismo.
Ya lo advertíamos hace unos meses en el blog de Misterwils: fue Le Corbusier quien, con La Unité d’Habitation de Marsella (Francia), marcó las bases de esta corriente arquitectónica en 1952 al crear un gigantesco complejo de viviendas sociales. Debido a las carencias de la posguerra mundial, el diseño apenas poseía elementos decorativos, de modo que el hormigón, un material fuerte y asequible, se volvió el protagonista de la obra. Los paralelismos con el estilo industrial parecen claros.
Hoy, el mundo del interiorismo lo ha retomado a través de esos amplios espacios de materiales crudos que no paramos de ver en las revistas, con cemento pulido en el suelo y techos y paredes sin tratar. Pero también a través de novedosas piezas pequeñas, como las nuevas macetas de hormigón o la original lámpara Vladimir, con pantalla creada en uno de los elementos clave de los que ya hemos hablado: cemento. Cólocala en casa y darás un toque trendy y chic a tu estancia de estilo industrial en un solo gesto.
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
4. Apúntate a las paredes con efecto desgastado
No sólo de ladrillo visto vive el estilo industrial. Para imprimirles una sensación aún más auténtica, dales a tus paredes ese aire desgastado tan de moda. Puedes conseguirlo de una manera muy sencilla con la técnica ‘Criss Cross‘ que se detalla en este vídeo, que se basa, simplemente, en hacer ‘cruces’ en la pared. Eso sí, si no te convence, sigue buscando: ¡hay decenas de formas de lograr un efecto envejecido similar!
5. Aplica el minimalismo al máximo
Para seguir los preceptos más en boga del nuevo estilo industrial, debemos respetar dos máximas: como hemos dicho, optar por mobiliario tosco y contundente, cuyos materiales luzcan al natural, y mantener al mínimo el número de piezas -que, precisamente por eso, deben tener un gran peso visual-.
Vuelve a mirar ahora tu espacio: ¿crees que podrías ‘limpiarlo’ visualmente algo más para potenciar los elementos que ya hay? Para saber por dónde empezar, quizá te sirva nuestro artículo El minimalismo cálido es la tendencia perfecta para el otoño, en el que recopilamos una pequeña guía, paso a paso, para reducir al máximo los muebles y elementos decorativos de la casa.
Si, una vez que te hayas deshecho de todo aquello que no suma, sientes la casa ‘coja’, es porque a las piezas que has dejado les falta fuerza. Añade una statement piece, es decir, una pieza interesante, atractiva o relativamente llamativa que quieras convertir en el centro de atención del espacio. No ha de ser necesariamente brillante, colorida o gigantesca, pero normalmente, sí debe ser singular y única, y poseer ese no sé qué tan magnético que atrae hacia sí la vista.
Aquí va un ejemplo que funciona: el banco de dos plazas estilo Mid Century Randoly, con estructura tubular de acero acabada en pintura en polvo negra y asiento y respaldo tapizados en textil símil piel. Su encanto vintage dará un toque auténtico a tu estancia de estilo industrial y fortalecerá el conjunto.
Silla de madera plegable Servey, de estilo vintage.
Estructura de madera maciza de olmo.
Asiento tapizado en textil.
Respaldo en cannage.
Medidas: 54x50x78 cm | Altura del asiento: 48 cm
131,89€ I.V.A incl.
109€ ( sin I.V.A. )
Tendencias para un estilo industrial renovado
Aunque comenzara en torno a los 60, el estilo industrial no se ha mantenido intacto; muy al contrario, ha evolucionado con el tiempo. Para renovarlo y adaptarlo a las tendencias del momento, puedes añadir a tu casa suelos de resina, paredes con efectos desgastado y piezas brutalistas, entre muchas otras ideas.
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